miércoles, 1 de julio de 2009

Enseñando Responsabilidad a Nuestros Niños

Una de las tareas más importantes dentro de la formación de nuestros hijos es la de enseñarles a “Ser Responsables”. Este valor se debe inculcar desde que los niños son pequeños y no cuando empieza a tener problemas con ellos porque no ayudan en las tareas de la casa ni tampoco cumplen con sus obligaciones personales.

Para lograr que los niños comprendan y pongan en práctica el sentido de responsabilidad, se requiere de información, orientación, paciencia, constancia, confianza; permitiéndole que participe en la toma de decisiones, dándole oportunidad de asumir el resultado de sus acciones, comprendiendo sus fracasos, limitaciones y elogiando sus logros.

Todo esto, haciéndoles saber que cuenta con el afecto y apoyo incondicional de su padre y madre. Así también, no debemos olvidar un aspecto esencial: “Enseñarles con el ejemplo” ; ya que es más fácil que el niño aprenda este valor si sus padres los practican constantemente.

Enseñando Responsabilidad a Nuestros Niños
* Entendemos la responsabilidad como fundamento, valor, cualidad, destreza que aspiramos desarrollen nuestros niños.
* Así como otros valores, la responsabilidad, aunque afectada por influencias externas, se aprende principalmente en el hogar.
* Responsabilidad como “habilidad para responder” y se aprende en una atmósfera de cariño, firmeza, y dignidad, sin control excesivo o desorden.
* Es necesario que desde nuestro rol de padres recordemos de quién y cómo aprendimos responsabilidad.
* Las responsabilidades nos hacen sentir útiles, necesarios y apreciados, es por ello que debemos ofrecer oportunidades para poner en práctica la responsabilidad de nuestros niños.
* Nosotros como adultos (padres) debemos servir de ejemplo para cumplir con nuestras responsabilidades
* Enseñar a asumir responsabilidad sobre los problemas y las soluciones
* Enseñar a manejar el tiempo.
* Fomentar el cumplimiento de las tareas del hogar y de la escuela según sus capacidades.
* Cumplir con deberes, acuerdos, palabra y promesas.
* Disculparnos y corregirnos si al tomar decisiones cometemos errores.
* No mentir, dejar pasar, pagar o premiar las faltas de los niños.
* Dejar que los niños tomen decisiones y asuman responsabilidad por las consecuencias.
* Todo derecho trae responsabilidades.
* Si damos responsabilidades a nuestros niños, confiar que la cumplirán y si en caso no la cumplen, permitir que enfrenten las consecuencias.

¿Cómo y cuándo enseñar Responsabilidad?

Inculcar en los niños el valor de la responsabilidad es darles el mejor regalo de parte de sus padres y educadores. Esta virtud les dará la capacidad de cuidar de sí mismos y ser adultos responsables en su vida futura.
Pero muchos padres se preguntarán: ¿Qué edad debe tener un niño para empezar a educar su sentido de la responsabilidad? La respuesta es: lo más pronto posible. En cuanto un bebé empieza a gatear, a manipular objetos pequeños y a entender cosas sencillas del lenguaje hablado, se le debe enseñar a que recoja sus juguetes o a que no toque ciertos adornos de la casa.

A medida que el niño va creciendo y de acuerdo a sus capacidades, se le debe desarrollar la sensación de poder, para que se pueda apropiar de sí mismo. Esto le dará confianza suficiente para desarrollar las tareas que le son asignadas. En la medida que aumente su grado de capacitación y habilidades, serán necesarias nuevas responsabilidades.

¿Qué debemos hacer los padres ?

Para formar niños responsables es primordial que en el hogar se establezcan normas y reglas claras. De lo contrario les resultará difícil practicar la autodisciplina necesaria para controlar su propio comportamiento.
Si los niños no tienen claro qué esperan sus padres de ellos, o no saben cuáles son sus deberes, no podrán educarse en el valor de la responsabilidad. Padres y educadores deben no solo establecer normas de la manera adecuada según la edad de cada niño, sino explicar cuáles son las consecuencias por no cumplir las mismas.
Diversos autores aseguran que los niños a quienes no se les dan deberes en el hogar desde la primera infancia, carecerán de habilidad para organizarse, para fijarse objetivos y llevar a cabo tareas complejas a lo largo de su infancia y adolescencia.

Sin embargo es fundamental que los padres tengan en cuenta tres reglas al asignar responsabilidades a los hijos para que ellos interioricen este valor:

Ser coherente: Cuando una norma no se cumple, se debe dar un suave castigo. Si no hay coherencia, los chicos sienten ansiedad porque no son capaces de predecir lo que puede suceder.

No ser arbitrario: No ser arbitrario en el sentido de que no se haga algo que no se haya advertido al niño.

Recompensar al niño por ser responsable: Esta es una manera de estimular a los niños a comportarse adecuadamente. Ello no significa necesariamente regalos materiales, sino reconocimientos pequeños que reafirmarán en el niño la satisfacción de la labor cumplida. Además Hay cosas como el tiempo, la atención la preocupación, la simpatía y la buena voluntad que también son recompensa. Un cuento más a la hora de dormir, una ida a cine, un helado, un abrazo fuerte son manifestaciones que alientan al niño a decir: “¡vale la pena ser responsable!”.

Autora:
Lic. Paola Aranibar Covarrubias
C.Ps.P.: 10305
Psicóloga Terapias de Aprendizaje
Centro de Desarrollo Infantil “Descubrir

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