domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuando los Niños pierden el Control

¿Qué hacemos cuando un niño pierde el control? Los padres aplican muchas estrategias propias.

Lo que si les digo que cualquier cosa que produzca dolor, frustración, estrés o llanto en el niño, resulta no ser una adecuada estrategia de crianza. ¿Pero cómo hacemos para que el niño no acabe controlando a sus padres? La primera situación que les preguntaría a los padres es ¿Cómo reaccionan ellos a las pataletas de sus hijos? Pues esta es una de las cosas que determina como será nuestro hijo o como soy como padre. El niño hace pataletas porque no sabe cómo controlarse y justamente necesita la guía de una persona centrada, pero si los padres se exaltan terminan frustrando al niño y ambos se sienten mal al final.

¿Qué hago con mi hijo cuando llore y este molesto? ¿Le digo que se vaya a su cuarto, converso con él, le digo que se callé y que es un malcriado?

Cuando un niño esta de buenas, jugamos con él y nos sentimos bien estando con él, pero cuando hace rabietas a nadie le gusta escucharlas y terminan gritando al niño. Muchas veces los padres aplican EL TIEMPO FUERA (hacer que el niño se vaya a otro lugar para que se calme), que es esta muy utilizado en los colegios y en esos programas de niñeras expertas que dan en la televisión, pero en la Tv se ve tan lindo, porque es TV, obviamente. Esa técnica termina frustrando al niño, haciendo que la rabia contra el padre se vaya incrementándose y la relación entre ellos se deteriore. El tiempo fuera es sinónimo de indiferencia con los hijos, de allí no se pregunten porque el niño que se vuelve adolescente deja de confiar en los padres, y se vuelven celoso con su mundo, es decir si le llega pasar algo, los padres serán los menos buscados.

¿Qué hacer con la pataleta?

Primero el padre debe de aprender a controlarse. Si no sabe hacerlo, pues puede aprender.


No manden al cuarto a su hijo, el niño no tiene la culpa de que sus padres estén descontrolados.


Eviten descalificar al niño (ni malcriada, ni mañosa, nada de eso). No hay que tomar la pataleta como un ataque personal (evite estas frases: esto lo haces para molestarme).


Póngase a la misma altura física del niño, pues ayuda psicológicamente al niño ponerse en el lugar de él, pues el estar parado frente a él, a más altura es sinónimo de que los padres tienen más autoridad, es como que esto es un reto.


Es positivo hacer que el adulto le haga entender al niño que él comprende lo que le ocurre. (Sé que debes sentirte molesto porque ya nos vamos), con esto el niño aprende los pilares de la inteligencia emocional, que es la base de la inteligencia racional.


Desvíe la atención (cántele, hágale una broma, et) eso ayuda a que la mente del niño se focalice en otra cosa diferente a lo que ocasiono el berrinche.



Recuerde que un adulto calmado ayudará mucho más eficientemente a un niño, si no lo tiene claro y ya la situación con sus hijos resulta difícil sobre todo cuando son pequeños, acuda a un profesional, puede recibir consejería para mejorar o cambiar la estrategia de crianza que esta empleando.