domingo, 30 de agosto de 2009

Hijos Violentos y/o Agresivos - Aprendamos a poner los limites a tiempo

Aunque son pocos aun los casos reportados de hijos ya sean niños o adolescentes que agraden o maltratan a sus padres, es una problemática a la cual hay que prestar mucha atención. Preste atención a las señales que pueden mostrar sus hijos y sobre todo analice como es su proceder como padre o madre ante la violencia de sus hijos.



El perfil de estos niños(as) y/o adolescentes ha sido definido como inteligentes, rápidos y contestatarios, no aceptan el límite de su autonomía y estallan ante la menor frustración. Tienen padres dedicados y afectuosos, hiperatentos, les hablan como a iguales (no hay un registro de autoridad por parte del hijo), explican y justifican cualquier decisión que tomen sus hijos y consultan democráticamente la voluntad de sus hijos.



Se creen con derecho a exigir y lograr -como sea-, lo que se les antoja cuando lleguen a la edad adulta serán hombres y mujeres violentos, agresores de sus parejas y acosadores de sus compañeros de trabajo, fracasados sociales y en el peor de los casos delincuentes.



El elemento esencial a tomar en cuenta en los niños es la “ausencia de conciencia”. Son niños que genéticamente tienen mayor dificultad para percibir las emociones morales, para sentir empatía, compasión o responsabilidad, y como consecuencia tienen problemas para sentir culpa.



Los rasgos de personalidad de estos niños a tener en cuenta son: insensibilidad emocional, falta de conciencia, falta de empatía y ausencia de culpa. El sistema nervioso de estos chicos por alguna razón tiene problemas para aprender las lecciones morales, para sentir empatía, compasión o responsabilidad. Y, como consecuencia de esto, tienen problemas para sentir culpa, una reacción emocional que sólo puede existir sobre la base de que previamente me he vinculado con la gente.



Una vez hecha la diferenciación entre un niño y/o adolescente malcriado pero con conciencia de que lo que hace esta mal o bien para sus padres, de un hijo que sin menor reparo arremete y violenta a sus padres, se procede a ver como es la familia o entorno del niño.



En la estructura familiar tienen que existir límites entre la pareja de padres y los hijos. Los límites están constituidos por las reglas que definen quiénes participan y de qué forma. Su función es proteger la diferenciación entre padres e hijos. Estos límites tiene que ser claros y estar bien definidos, ya que lo normal es que el pequeño de la casa trate por de conseguir todo lo que le apetece y buscará constantemente llamar la atención, y es función de los padres el ponerle freno y control.



Mientras unos sostienen que es un problema de mala educación, de excesiva permisividad, tanto familiar como social, que hace que algunos niños consentidos y caprichosos se conviertan en poco tiempo en auténticos dictadores, otros afirman que la causa es doble, y que, aunque el ambiente es importante, hay que contar con una predisposición genética. Una incapacidad de estos niños (que no hay que confundir con los diagnosticados de déficit de atención e hiperactividad) para desarrollar emociones morales auténticas -empatía, amor, compasión-, lo que desemboca en una gran dificultad para mostrar culpa y arrepentimiento por las malas acciones.



Es por ello que los padres deben observar como es el comportamiento de sus pequeños hijos, estar atentos y consultar sobre lo que noto en mi hijo y esta fuera de un comportamiento promedio de un niño o adolescente de su edad, así mismo aprender a ponerles limites claros y no dejar que los problemas de comportamiento de sus hijos se les escapen de las manos y después sea más difícil de trabajar no solo para los padres sino para esos niños que no conocen la culpa ni el arrepentimiento.



Es mejor estar atentos y solucionar algún problema de comportamiento de nuestros hijos desde temprana edad, a esperar a que se convierta en un trastorno mucho mayor de consecuencias no solo negativas y nocivas para el niño sino para sus padres y para la sociedad en general.


Autora: Psic. Ailed Arbaiza
Terapeuta de Familia, Niños y Adolescentes
Centro de Desarrollo Infantil Descubrir" http://www.centrodescubrir.com/